Llegó el día esperado, después
de varias quedadas en las que no pudimos estar los cinco, el 19 de octubre nos
reunimos para comprobar si estábamos preparados para poder hacer la siguiente
semana el Anillo Verde; por primera
vez en el caso de unos y por segunda vez en el caso de otros.
El escenario: la Casa de campo de Madrid, un lugar
pintoresco con diferentes tipos de terreno e infinidad de combinación en las
rutas, lugar idóneo donde aprender a montar en bici, dar un paseo o entrenar
con pocos kilómetros. Nosotros elegimos una ruta más terrestre que de asfalto,
queríamos poner a prueba nuestra resistencia en una de las rutas que bordean el
pulmón de Madrid.
Ruta principal y secundaria de Casa de campo |
Cada vuelta tiene un total de
unos 15km aproximadamente por lo que es recomendable realizar más de tres para
un ejercicio completo de fuerza y resistencia. La ruta principal está marcada
en verde en el mapa y una ruta
secundaria con la mitad de kilómetros en amarillo.
El inicio de nuestra ruta
empieza en la entrada que hay en Madrid
Río hacia la Casa de campo, una
vez cruzada una fuente empieza un camino de asfalto hasta llegar a una barrera que
prohíbe el paso a los vehículos motorizados. Para poder cruzar el Lago de la Casa de campo sin tener que ir en
dirección contraria por la carretera, se accede a un camino de tierra al otro
lado de un puente en ruinas a la altura de la barrera.
Camino de tierra al lado del puente en ruinas |
La ruta continua de frente
discurriendo al lado del arroyo hasta el punto en el que empezamos a ver la
tapia de la Casa de campo que da la opción de girar a la derecha y cruzar un
puente y donde hay una plazoleta con un olivo en medio. A partir de ahí, la
ruta vuelve a continuar todo recto pegada al muro, esta parte nosotros la
llamamos coloquialmente “El Rompepiernas”
básicamente porque es un tramo de unas siete cuestas hacia arriba muy
pronunciadas por camino de tierra, hay que destacar una de ellas que es la que
hay antes de llegar al aparcamiento que hay en la Puerta de Rodajos. Pero no todo son cuestas arriba, después de la Puerta de Somosaguas comienza una de
las mejores bajadas de la Casa de campo hasta el Portillo de Pinos, donde después continua por la carretera del Teleférico pasando por el Pinar de las siete Hermanas y desde ahí
sin pérdida hasta llegar de nuevo al
lago.
Arroyo de Meaques |
Una vez contado sobre la ruta
ahora toca hablar sobre mi experiencia en ella:
Empezamos con muchas ganas la
ruta, ya la habíamos hecho cuatro de nosotros pero nos faltaba Pica que se
incorporaba por primera vez, salimos desde nuestro punto de parida habitual en
el Puente del Rey en la entrada a la Casa de campo de Madrid Río.
Una vez puestos en marcha
empezamos a pedalear fuerte, pero enseguida íbamos a tener el primer contratiempo,
al minuto de empezar, intentando evitar a los transeúntes del parque, nos
subimos con las bicicletas a un camino de tierra al lado del asfalto con la
mala suerte de que Mario no tomó
bien la entrada al camino lo que hizo que su
rueda pellizcara y patinara tirándole al suelo. Mario se resistió a caerse
pero después de varios saltos e intentos de mantener el equilibrio cayó, unos
instantes un tanto agobiantes ya que la gente se acercó a ver lo sucedido así
como una patrulla de policía en moto que nos ofreció ayuda.
Después de un tiempo de
recuperación y de curar sus heridas (desde ese momento decidimos usar siempre el casco y llevar botiquín) continuamos
con nuestra ruta, con un ritmo bastante bueno pero con un comienzo así no
auguraba un buen final.
Éramos conscientes de que el “Rompepiernas” estaba por llegar así que
de uno en uno fuimos cruzando las subidas hasta llegar al primer descanso en el
aparcamiento de la puerta de Rodajos pero
el plan que nos tenía preparado el destino ese día no iba a terminar, así que al incidente mencionado, había que sumarle un segundo, al final de la
cuesta antes mencionada, José no
creía que pudiese aguantar una vuelta más y el problema era que no había
desayunado por lo que se le agotaban las fuerzas.
Pasados unos minutos de
recuperación para José continuamos con nuestra ruta prevista hasta completar la segunda vuelta, pero de nuevo otro infortunio aparecía:
Antes de llegar a la altura del parque de atracciones, hay una zona junto al arroyo en la que se pueden hacer saltos en bicicleta así como algunas bajadas y subidas divertidas. Como ya lo habíamos probado una vez, decidimos volver para que Pica lo viera, yo iba primero seguido de Miguel, pasamos la primera sin problemas, la segunda igual, pero me decidí a probar una tercera mucho más empinada donde me dio un poco de impresión pero que la pude solventar, Miguel también quiso probar pero con la mala suerte de que solo le funcionaba el freno delantero, lo accionó e hizo una yegua cayendo al suelo. Con palabras que suele usar Miguel podríamos describirlo como una situación bastante “Grotesca”.
Volvíamos a echar en falta el botiquín y volvíamos a echar en falta el casco, era un caso excepcional, nunca había pasado esto y tan de seguido, pero habíamos ido a entrenar y Mario con su abdomen bastante raspado y Miguel con su rodilla y mano de igual manera, sacaron fuerza de voluntad y seguimos el entrenamiento.
Vistas de Casa de campo y Madrid desde el Teleférico |
Kilómetro a kilómetro fuimos avanzando pero ya por la ruta secundaria para evitarnos por tercera vez el “Rompepiernas” sabiendo el
estado en el que se encontraban los heridos.
Fue una ruta para que nos diésemos
cuenta de los problemas que nos pueden surgir, un día para aprender, y que
mejor que pasara en entrenamiento que en el Anillo Verde o el Camino de
Santiago. Unos 35-40 km en total que como ya he dicho sirvieron de
experiencia futura pero que aún así estábamos dispuestos a hacer el Anillo
Verde el siguiente sábado.
ESCALA DE DIFICULTAD (SOBRE
5): 2.3
Tito Navas
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