Toledo no es ciudad para bicis (I)
Comenzamos nuestra expedición a
Toledo desde Humanes el sábado 8 de marzo sobre las 9:30. Partíamos ilusionados aunque con
una baja, Miguel no nos acompañaba en este viaje. El objetivo: probar nuestras
fuerzas y pasar un fin de semana divertido. No os haré esperar, cumplimos
ambos.
La ida fue bastante relajada,
hecho que nos empezó a preocupar para la vuelta del día siguiente. La mayor
parte de la carretera eran falsos llanos con tendencia de descenso y grandes
bajadas donde Tito llegó a alcanzar los 67 km/h y los 57 un servidor. Casi nos
alegrábamos cuando encontrábamos una subida ya que significaba que a la vuelta
no todo serían repechos y cuestas arriba. Una vez entramos en la provincia de
Toledo la afluencia de coches bajó considerablemente. De hecho en ocasiones
éramos los dueños de la carretera.
Pero no toda la ida iba a
resultar tan agradable, ¿verdad José? Antes de la famosa y temida cuesta de
Bargas, José sufrió un “incidente” en carretera. Siento dejar esta historia sin
conclusión pero José dijo que no se lo contaría a nadie y yo no desvelaré tal
secreto. Superado el accidente, digo “incidente” nos dirigimos hacia la subida
de Bargas. Era lo más esperado del camino de ida ya que Tito y Miguel nos
habían advertido sobre ella (vean Km de Bicicleta II)
La cuesta no defraudó pero
teníamos energías, además de los ánimos de otros compañeros ciclistas que me
animaban al adelantarme. Desde este
pueblo castellano hasta Toledo la ruta la hicimos por un camino de tierra
bastante divertido con subidas y bajadas. La emoción en este tramo nos pudo en
un descenso y nos equivocamos de camino introduciéndonos en un coto de caza. La
vuelta al sendero correcto tuvimos que hacerla andando por una cuesta llena de
bellotas que dificultaban la breve caminata. De hecho comentamos que fue más
cansado ese tramo a pie tirando de la bici que otras muchas cuestas sobre ella.
Pero por fin estábamos en Toledo.
En poco más de tres horas habíamos recorrido los 60 km de nuestra etapa. La
llegada al albergue fue un poco más larga de lo esperado. Ya que el buen tiempo
atrajo a la capital manchega a un gran número de turistas. Además, sus calles
estrechas y rampas pedregosas no son muy cómodas para las bicis (de ahí el
título de este post). Por supuesto todo
este recorrido lo hicimos andado y ayudados por las cómodas escaleras mecánicas
en una de las entradas al casco antiguo.
En el Alcázar de Toledo
Después de comer, algo muy típico de Toledo como diría José (en un chino), hicimos un poco de turismo acompañados por Adhara, amiga de Tito y ya también del equipo de Km de Bicicleta. Con esta buena compañía continuamos por la noche con un poco de tapeo antes de irnos a dormir. Al día siguiente nos esperaba un duro día.
Junto al río Tajo
Dificultad: 2.6 sobre 5
Mario Valera
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